Me gustaría decirte que, durante mucho tiempo, tu, mi “buena niña”, me has ayudado a tirar adelante y siento que sin ti esto no habría sido posible.
Gracias a ser la “buena niña” y ayudar siempre a los demás, ser siempre muy servicial, estar siempre contenta y alegre (aunque no fuera así) y no tener un no para nadie, obtuve el amor y el reconocimiento que yo no me daba y que necesitaba como el aire que respiraba y que, en ese momento, yo no sabía cómo obtener de otra manera.
Pero al fin, ya me di cuenta de que ese no era el camino hacia la felicidad, ese era únicamente el camino hacia el esfuerzo y el sufrimiento constante. Buscando y dependiendo siempre del cariño, los halagos y el reconocimiento de los demás, olvidándome totalmente de quien era yo y de lo que yo necesitaba para sentirme feliz.
Ahora ya te suelto y te dejo marchar, porque ya me “aprietas” ya me “encorsetas” con tu presencia y porque AHORA:
- Ahora ya me quiero y me cuido a mí misma. Ya no necesito agradar siempre al otro.
- Ahora ya pongo límites a los demás cuando siento que es necesario. Ya no necesito siempre estar disponible para el otro.
- Ahora ya me valoro a mí misma por lo que YO SOY. Ya no necesito la aprobación constante de los demás.
- Ahora ya puedo estar triste o enfadada y está bien sentirme así. Ya no necesito siempre mostrarme alegre y contenta para agradar.
- Ahora ya puedo decirle al otro que no, sin sentirme mal por ello. Ya no necesito su valoración constante.
- Ahora ya puedo expresar mi opinión, aunque sea distinta de la del otro, desde el respeto. Ya no tengo que estar callada cuando opino algo diferente.
- Ahora ya me siento libre para decidir yo en mi vida. Ya no necesito decidir las cosas en función de lo que quieren los demás.
Me siento contenta de dejarte marchar, ya no te necesito, encontré una manera mucho mejor de ser feliz. Queriéndome y cuidándome a mí misma, aceptándome como soy y decidiendo en función de lo que yo quiero y sobre todo permitiéndome ser quien YO SOY, un ser único e irrepetible, que ha venido a brillar con luz propia.