Erase una vez una bella flor que vivia en el campo. Se sentia bonita porque los otros la miraban, pero en el fondo de su corazón sentia mucha tristeza aunque ella no entendía muy bien el porque.
A veces también se sentia agotada de tener que estar siempre tan bonita para los demás, para que la cuidaran, la quisieran y le dieran todo lo que ella necesitaba.
Si no la miraban ella se sentia morir, se sentia sola y abandonada por todos. Ella comprendía que algo no funcionaba bien en su vida pero pensaba que eran los demás que no la entendían y que no la sabían cuidar como ella necesitaba.
También se daba cuenta que tenía muchos miedos, miedo a quedarse sin agua, miedo a que el sol la quemara y secara y miedo a que el viento la rompiera en mil pedazos. Por eso, vivia pendiente de todo lo que ocurría a su alrededor, porque le parecía que si controlaba y entendía todo lo que ocurría afuera, nada malo le podía suceder, por ello siempre estaba en estado de alerta, aunque siempre sin que nadie lo notara porque ella debía estar siempre bonita para los demás.
Además ella pensaba que no necesitaba mucho que con solo que la vieran ella ya era feliz pero cuando escuchaba de verdad a su corazón se daba cuenta que eso no era cierto aunque no quería aceptarlo de ninguna manera. Ella quería convencerse que no necesitaba nada mas.
Entonces vino una gran sequía y empezó a sentirse cada vez mas y mas dèbil y mústia, a medida que los días iban pasando y no llovía se fue secando y dejó de estar tan bonita y sintió de verdad que había llegado su fin.
Primero entró en pánico, no podía ser que ya hubiera llegara su hora ella no quería morir, quería ser siempre la flor bonita que era, se enfadó y se puso triste. Luego poco a poco fue aceptando que ella no podía controlarlo todo y que esto era mucho más grande que ella y comprendió que no podía hacer nada mas. Así que se aflojó y se soltó, cerró los ojos y se preparó para su final y entonces dejó de mirar hacia afuera y se miró hacia adentro y se encontró con su bello corazón que le dijo:
- Tu no eres una flor bonita para que los otros te vean, tu eres una flor bonita para que tu misma te des cuenta de lo bonita que eres y te quieras y cuides con todo tu corazón.
- Tu misma te puedes dar todo lo que necesitas para sentirte bien contigo misma sin tener que esperar a que el otro lo adivine y te lo dé algún dia.
- Tu misma sabes como disfrutar de la vida y ser feliz.
- Tu misma sabes que tu felicidad no depende de nada ni de nadie únicamente de ti.
La flor se dio cuenta que su corazón le decía la verdad y comprendió que nunca lo había escuchado ya que estaba siempre muy ocupada con todo lo que ocurría a su alrededor.
De pronto comprendió que ella era la dueña de su vida y que en su interior ella tenía un mundo maravilloso por descubrir que únicamente estaba esperando a que ella lo atendiera y lo viera.
Entonces empezó a llorar de alegria pues empezó a mirarse con mucho amor y cariño y se dio cuenta, por fin, ella misma, de lo bonita que era, su tallo era esbelto, sus raíces profundas y sus flores hermosas aunque ya estaban muy secas, todo su cuerpo era de una harmonia encantadora y su corazón era una perla preciosa que acababa de descubrir. Sintió una gran felicidad que nunca antes había sentido y se preparó para su final con una gran paz en su corazón, todo estaba bien tal y como estaba.
Y entonces llegó el milagro, empezó a llover y vió como todo su cuerpo volvía de nuevo a la vida. Sus hojas mustias se ponían otra vez verdes, sus flores más hermosas y sus raíces profundas podían absorber los nutrientes de la tierra que tanta falta le hacían.
Algo en ella había cambiado, porque de pronto se dio cuenta que no estaba sola. Hundió sus raíces aún un poco más profundas y se encontró con un montón de raíces de todos los que estaban a su alrededor y con los que ella nunca antes había contactado: los arboles, las otras plantas, los arbustos, las setas….. un sinfín de otros seres que estaban unidos y con los que ahora ella también podia jugar y divertirse, pues sentia ya un montón de cosquillas en sus raíces ya que todos le estaban dando ya la bienvenida.
También empezó a jugar con las abejas que venían a visitarla y que revoloteaban a su alrededor, que divertido era jugar con ellas. También empezó a jugar con el viento, a moverse con su brisa y a despeinarse con el, porque ahora ya no necesitaba estar bonita todo el rato, ahora ya podia ser ella misma.
Y cuando llegó la noche y miró hacia el cielo y vió todas las estrellas y todo el Universo que se extendía a su alrededor, se sintió en total harmonia con todo, casi no lo podia creer, nunca antes lo había observado pues por la noche sentia tanto miedo que se encerraba en su caparazón deseando que llegara la mañana.
Entonces empezó a sentir el agradecimiento dentro de su corazón, algo que nunca antes había sentido y empezó a dar las gracias por todo lo que tenia en su vida: Y dijo:
Gracias por lo maravilloso que es el mundo y por formar parte de el.
Gracias por darme cuenta de lo bonita que soy y poder cuidarme y quererme a mi misma.
Gracias por permitirme disfrutar de la vida.
Y gracias por darme cuenta que solo tengo que ser yo misma y disfrutar del precioso regalo que es la vida.
Y que cuando yo disfruto todo el Universo también disfruta a mi alrededor, ya que todos estamos interconectados en esta perfecta harmonia que es la vida !!