De golpe y sin saber cómo, me encuentro en casa confinada, mi vida “normal” se ha parado de golpe. Mis días de locura de correr todo el día de un lado a otro, haciendo mil cosas sin parar ni pensar un momento, se han detenido.
De golpe estoy confinada en casa y me encuentro conmigo misma y me siento muy extraña. Extraña porque no estoy acostumbrada a estar y conectar conmigo misma, extraña por empezar a verme desde la calma y tranquilidad y extraña por empezar a darme cuenta de quién soy.
Nuestra sociedad nos empuja a correr todo el día y a no pensar demasiado, ¿pero os habéis preguntado porque se fomenta esto?
Porque parar y reconectar conmigo me empodera, porque conectar con lo que siento me da fuerza y me hace vivir en paz y tranquilidad. Porque conectar conmigo me ayuda a darme cuenta de lo que quiero y de lo que no quiero en mi vida, porque me hace sentir más viva que nunca, y a ser consciente de que soy la única que puedo decidir mi camino.
También me hace sentir parte de la Humanidad y que no estoy sola, que todos somos importantes en este mundo y que todos tenemos nuestro lugar. Me hace sentir que la vida es un regalo precioso que tengo que disfrutar cada día.
Pero no interesa que la gente deje de ser sumisa, no interesa que la gente decida por sí misma, no interesa que la gente deje de ser manipulable, no interesa que dejemos de consumir y consumir compulsivamente para llenar nuestro vacío interior. En definitiva, no interesa que nos empoderemos y que decidamos por nosotros mismos.
Estoy aprovechando pues este confinamiento para hacer el viaje más importante de mi vida, el viaje hacia mi interior, para despertar y descubrir quién soy y que quiero hacer con mi vida. Para darme cuenta de mis debilidades y mis fortalezas que me hacen la persona única e irrepetible que soy. Para darme cuenta de todos mis miedos y aprender a mirarlos y abrazarlos para que dejen de impedirme avanzar.
Estoy pues llenándome de mi misma para ocupar mi lugar en este mundo. Llenando mi vacío interior con mi esencia, con lo que yo soy para así poder dejar de sentir la necesidad compulsiva de llenarlo de cosas materiales. Estoy empezando a ser yo misma y a darme cuenta de que es lo que yo puedo aportar, para poder hacer entre todos, de este, un mundo mejor.
Atrevámonos a volvernos todos más humanos, a sentir y a pensar más lo que hacemos para dejar de ser unos robots, a valorar a todos y a cada uno por igual, a sentir que todos formamos parte de este maravilloso mundo y que únicamente podremos salir de esta situación cuidando los unos de los otros y sin olvidarnos de cuidar y amar a nuestro maravilloso planeta Tierra, la casa de todos para siempre.